Vamos a hablar de algo que la mayoría de personas no le otroga demasiada importancia: el dibujo.
Si eres de las que no sabe dibujar o cree no gustarle, tenemos noticias para ti. No es que no sepas o no te guste, es que nunca te han enseñado bien.
De la misma manera que enseñamos a los niños los fundamentos musicales antes de sentarles delante de un piano, el dibujo cuenta con ciertos fundamentos que, si no son enseñados, evitarán saber dibujar corrrectamente. En el caso del dibujo, generalmente se les dice a los niños que sean creativo y pinten lo que quieran, pero pocas veces se invierte tiempo en enseñarles los fundamentos. Esto hace que muchos niños acaben frutrados y piensen que no saben dibujar o directamente que no les guste.
La importancia del dibujo
Tal vez no se haga demasiado hincapié en esto, porque el dibujo es considerado algo «poco importante». Tal vez es porque no se le ve utilidad. Pero lo cierto es que el dibujo es mucho más importante de lo que se suele pensar.
El dibujo permite el buen desarrollo cerebral de los niños y también les ayude a parender con más facilidad, porque los niños son visuales. Además, a parte de desarrollar su creatividad, les ayuda a mejorar en ámbitos como las ciencias y las matemáticas.
Los materiales necesarios
Aunque es bueno que los niños se diviertan con diferentes tipos de materiales como ceras, acuarelas o pasteles, los lápices son tal vez la pieza más importante. Ya el mero hecho de aprender a sostener bien un lápiza mejora su fuerza psicomotora. También son la herramienta más útil para aprender por su facilidad de uso.
Líneas y formas
Todo empieza por las formas. Así que toda la familiar junta, podéis sentaros y dedicaros a pintar círculos, cuadrados y triángulos. Una vez dominados, los niños pueden aprender que a raíz de esas formas pueden dibujar cualquier cosa. Una casa son un cuadrado con un triángulo arriba. Un muñeco de nieve, dos círculos uno encima de otro.
No juezgues sus obras
Claro que cuando nos muestran orgullosos sus creaciones, queremos decirles lo muchísimo que nos gusta y lo bonito que es. Es bueno ofrecerles feedback que describa con lo que han pintado. Por eso, intenta decirles cosas como «veo que has pintado un gato. ¿Y eso de ahí es una flor?»
Incítales a que te cuenten sobre tu pintura. A veces las historias detrás de ellas son la mar de interesantes.